En el mundo de los negocios, seguramente has escuchado la palabra “diversificación”. Lo cual para algunos contextos como los negocios grandes o para los inversionistas es bastante útil y lucrativo. Pero a la hora de emprender algún negocio, de poner alguna idea a prueba, es decir, de construir una pequeña o mediana empresa, las cosas tienen un tono diferente y pueden ponerse complicadas si decides “diversificarte”. Lo mismo sucede si quieres desarrollarte profesionalmente para obtener mejores resultados económicos. Debido a que, la diversificación puede traer consigo veneno para tu crecimiento personal y económico, porque terminas distribuyendo tu energía y recursos en general en muchas direcciones. Lo que implica que tu concentración estará dispersa, lo cual se traduce a tener una mente distraída enfocada en todas las variantes posibles de productos y servicios, atendiendo mercados que son muy diferentes entre sí. Con el paso del tiempo esto no crea una fortaleza diferenciadora (única) de tus productos y/o servicios sobre el resto del mercado. Si no te especializas, en realidad, no avanzas. Tendrás fácilmente competencia y lo único con lo que podrás competir en el mercado es ofreciendo el mejor precio posible.
Sólo cuando te das la oportunidad de especializarte en algún nicho, es cuando puedes hacer tu mayor contribución en lo que realmente importa, ser productivo y crear un diferenciador que te posicione en el mercado. Se trata de invertir de manera inteligente tu tiempo, energía y recursos disponibles, para dar tu mayor contribución a lo que haces y ofreces al mundo. Esta diferencia puede observarse claramente en la figura 1. Al diversificarte solamente unos pocos nichos de negocio ofrecen crecimiento real, el resto es pasivo. El punto es que tu concentración, recursos y energía se encuentran dispersos. Ahora, si tomas (figura 2) sólo los nichos importantes cuidando que entre ellos exista alguna relación directa, entonces, en lugar de avanzar poco en muchas direcciones, inviertes el resultado, y logras progresos significativos sólo en las áreas más productivas. Esas áreas que tengan relación entre sí y que además sean nichos de oportunidad importantes. Creando por consecuencia un diferenciador de mercado, porque concentras el esfuerzo sólo en las oportunidades vitales, dejando a un lado todas aquellas que sean triviales.
Una vez que seas consciente de lo anterior, descubrirás que la especialización tiene frutos, los nichos bien focalizados son muy prósperos y lucrativos. Incluso con el paso del tiempo puedes diversificarte con otros productos y servicios, si y sólo si, están en la misma dirección a tus servicios especializados, sobre todo cuando sus canales de distribución y ventas sean los mismos. Por ejemplo, si vendes tequila artesanal puedes enfocarte en el tequila blanco, reposado y añejo, para usar los mismos procesos de fabricación, así como la misma cadena de suministro y ventas para los tres productos; sin tener que “diversificarte” a la industria de la cerveza artesanal o en algún nicho de negocio desconocido donde tus recursos estén en riesgo.
Solamente tienes que concentrar la energía en lo que realmente importa dentro de un nicho de negocio, ser lo más específico posible y ser el mejor siguiendo la estrategia de concentrar inteligentemente tu tiempo, energía y recursos únicamente en tu diferenciador de mercado, es decir, en tu especialización.
L.Mn.