El líder minimalista cree que “casi todo puede ser simplificado” porque muy pocas cosas son esenciales y su trabajo consiste en obtener la esencia de las cosas, de cualquier actividad o situación de la vida personal y profesional. Su método se enfoca en conservar lo vital y dejar de lado lo innecesario, para eliminar los obstáculos de cualquier aplicación o circunstancia con el fin de que la ejecución sea lo más simple posible e implique el mínimo esfuerzo. La simplificación es la base de todo, aunque a veces se requiere mucho valor para eliminar lo innecesario. Hasta que aprendemos a diferenciar las muchas cosas triviales de las pocas vitales, es cuando esta visión comienza a tomar vida, a volverse algo natural y automático como cualquier hábito, debido a que es un proceso sistemático. En este punto es cuando comenzamos a pensar como líderes minimalistas. En la vida tenemos que tomar decisiones. Como no todo tiene la misma importancia ni el mismo impacto, descubrir cuáles cosas son más importantes que otras, es lo que vale la pena. No podemos hacerlo todo ni tenerlo todo, pero sí podemos hacer lo más importante para obtener mejores resultados y también podemos tener lo más importante, todo aquello que represente valor agregado a nuestras vidas o que nos acerque hacia nuestros objetivos principales de manera significativa.
Un punto clave para cambiar tu manera de pensar es preguntarte con frecuencia ¿estoy usando mi tiempo y mis recursos en las actividades clave (más importantes)? El objetivo es hacer menos cosas, pero que sean clave, así obtener mejores resultados. Con esto implícitamente administramos mejor nuestro tiempo.
“Enfocar la energía sólo en lo que es vital significa obtener mejores resultados”.
Como líderes minimalistas comúnmente nos enfrentaremos a las siguientes cuestiones:
- Para elegir necesitas diferenciar y, el problema es, que hay un montón de posibilidades en el mundo actual que nos pueden desenfocar de las cosas importantes. Terminamos dispersando nuestra energía en muchas cosas en lugar de concentrarnos en sólo unas pocas; esto equivale al despilfarro de recursos y tiempo. Por ejemplo, existen muchos productos, tipos de comida, tendencias, cursos por internet, medios digitales, ofertas de empleo, posibilidades de emprendimiento, etc. La clave es elegir evitando caer en lo trivial y dando prioridad a lo vital, para no perder de vista lo que es realmente importante. Esto aumenta automáticamente la calidad de nuestras decisiones.
- Para elegir debemos hacer un balance entre las posibilidades y las expectativas, para poder tomar decisiones. Se trata de elegir solamente aquello que tenga mayor impacto acorde a nuestras expectativas, así evitar saturar nuestras vidas con actividades irrelevantes o poco importantes.
- Tenemos que administrar y gestionar el tiempo con enfoque y concentración, siempre, en la dirección de nuestras prioridades.
La parte central de todo este asunto es hacer que lo más importante siempre sea lo más importante. Pues la calidad de un resultado depende del grado de atención puesto a lo que se hace, si nos concentramos en lo más importante las cosas sucederán. Pues todas aquellas cualidades hacia las que enfocamos nuestra atención siempre se desarrollarán.
L.Mn.