El Liderazgo Minimalista se trata de pensar en grande y vivir frugal, es decir, de tener los pies bien plantados sobre la tierra pero con la mente en las nubes. Pensar en grande con los pies en la tierra significa tener objetivos ambiciosos, pero bien establecidos, claros y alcanzables. Es soñar con los pies en la tierra. Ser consciente de lo que uno quiere, pero también proponerse objetivos grandes en la vida. Ser ambicioso sanamente. Ser consciente de tus posibilidades y al mismo tiempo tener fe en ti mismo, de creer en ti, de entender que puedes lograr más de lo que imaginas y que puedes plantearte objetivos lo suficientemente grandes como para romper los límites de tu visión actual; y que eso te permita ver con mayor claridad otros niveles superiores que anteriormente sabías de su existencia, pero los veías muy lejos, borrosos… por no decir imposibles.
Objetivos demasiado grandes podrían hacernos converger hacia una vida llena de ansiedad, decepción y frustración; en el camino podríamos desmotivarnos y nunca alcanzarlos. Por otro lado, objetivos demasiado pequeños podrían hacernos converger hacia una vida mediocre y a una sensación de estancamiento, o incluso, a una falsa satisfacción. Sin embargo, la estrategia de proponernos objetivos grandes, pero al mismo tiempo realistas nos dará mejores resultados, porque al alcanzarlos nuestra visión aumenta y nos permite tener objetivos nuevos y más grandes, al grado que, aquello que algún día nos parecía imposible ahora podría parecernos razonable.
No es necesario proponernos objetivos imposibles para ser felices o ser exitosos. Es mejor ser creativos, usar la imaginación y tener objetivos claros para convertir una visión en realidad, que nos lleve a plantearnos objetivos aún mayores. Paso a paso y una sola cosa a la vez. Siempre podemos dividir en pequeños pasos objetivos grandes y realistas, hacer un plan y ejecutarlo día a día. La idea es ver el futuro que quieres crear, hacer un plan y ejecutarlo mediante acciones específicas, medibles, alcanzables, realistas, y proyectadas en tiempos establecidos. Todas las acciones que ejecutamos deben ser importantes, es decir, que tengan un impacto significativo en el resultado que buscamos.
Tienes que creer y tener fe en ti mismo, entender que TÚ eres el diseñador y creador de tu propio futuro. Prácticamente puedes lograr todo lo que puedas imaginar si mantienes esa imagen de lo que deseas en tu mente por un tiempo prolongado, siempre y cuando, consideres tus posibilidades, expectativas, fortalezas y recursos disponibles. Una meta grande y realista puede ser la antesala para acceder a oportunidades aún mayores.
Es una cuestión de energía y de hacia dónde la enfocas. Existen causas y efectos. Las causas importantes producen efectos significativos. Puedes, por tanto, alterar las condiciones y circunstancias con acciones que generen los efectos que te acerquen a los resultados que buscas. El proceso funciona de la siguiente manera.
- Creas en tu mente una imagen o visión de lo que quieres.
- Te involucras emocionalmente con esa imagen, piensas profundamente en que lo puedes lograr, con un fuerte sentimiento de fe en ti mismo.
- Piensas en esa imagen continuamente, y mentalmente la trasladas a un presente interno, para sentir internamente como si ya fuera realidad.
- Esa sensación de realidad interna será tu motivación. Será la fuente de energía que moverá tus acciones diarias, para ser constante y tener la fuerza de voluntad que necesitas en el día a día.
- Para enfocar esa energía en la dirección correcta, tendrás que hacer un plan de acciones diarias. Dicha energía la usarás solamente en acciones que agreguen valor y te acerquen al resultado que buscas. Este plan definirá lo que debes hacer y que tanta disciplina deberás tener cada día dependiendo de cada acción.
- El plan debe tener tiempo de caducidad, las acciones diarias se acumularán con el paso del tiempo. Las acciones producirán reacciones, ENTONCES, las circunstancias y las condiciones comenzarán a cambiar, hasta que…
- Finalmente, la imagen mental que creaste al inicio sea igual a tu realidad.
Sólo considera algo muy importante, y no lo olvides, para pensar en grande requieres tener visión, una característica esencial para el desarrollo personal, los negocios, el emprendimiento, y para crecer profesionalmente. Sin visión los sueños se desvanecen, la gente sucumbe y la imaginación muere. En cambio, con visión la gente se llena de vida, de amor por lo que hace, vive con sentido y con propósito.
Piensa en tus sueños hasta hacerlos realidad. Ten muy presente que tus resultados están fuertemente influenciados por lo que sucede en tu mente.
Busca el éxito a tu manera y estilo personal, aceptando tus propias circunstancias, enfocándote en tus fortalezas, siendo consciente de tus debilidades; tal vez alguna debilidad sólo bastaría arreglarla un poco y desarrollarla para convertirla en fortaleza… Recuerda que eres un ser humano único, así que desarrolla y expande esa combinación de cualidades que te hacen único. Enfócate en lo que sí puedes cambiar, con el tiempo quizá descubras algún día que lo que pensaste que era imposible modificar ahora te parece factible y realizable. Además, aprende a perdonar todo aquello que no puedes olvidar, separa tus emociones de ese dolor que no es tuyo y déjalo de lado.
Ten fe, cree en ti mismo, sueña en grande, actúa y sobre todo mantén los pies sobre la tierra. El liderazgo minimalista te mostrará una nueva manera de ver el mundo…
L.Mn.