Los líderes minimalistas entienden perfectamente que para liderar a los demás es necesario, primero, liderar su propia vida. El líder se dedica a liderarse a sí mismo enfocándose en sólo esas actividades especiales, se dedica exclusivamente a lo que es realmente importante. Esto le permite focalizar sus esfuerzos en los objetivos de mayor impacto. Así evita caer en la trampa del ego de ocuparse de todo, y se enfoca en concentrar su energía y talento sólo en las prioridades. Simplemente, se ocupa de auto administrarse, asumiendo la responsabilidad en lo que es primordial. El líder minimalista nunca da por sentado que lo sabe todo, es un aprendiz permanente, y jamás permite que el ego de un logro sea suficiente como para dejar de aprender.
Se siente incómodo de caer en la comodidad porque sabe que eso conlleva al estancamiento, prefiere mejor aceptar con humildad que nunca está preparado para todo ni que lo ha dominado todo. Tiene una actitud de aprendizaje constante para estar listo al tomar nuevas decisiones, pues el mundo está en permanente evolución por lo que es necesario aprender de los logros y los fracasos todo el tiempo. Esto va acompañado de esfuerzo y dedicación, sólo el trabajo con persistencia evita que el ego te atrape en cualquier zona de confort. El ego deja que sueñes en las ideas para evitar que actúes, en cambio, el líder minimalista sabe convertir las ideas en realidad, pues de nada valen la ideas ni el talento sino se llevan al mundo tangible. El líder minimalista toma una idea, la eleva y la trae al mundo usando su talento, esfuerzo y dedicación mediante la acción, trabajando con persistencia en la realización concreta. Usa la mente como un alquimista para crear y traer cosas del mundo de lo intangible (ideas) al mundo de lo tangible (creación concreta). El verdadero éxito viene del trabajo, de la concatenación de acciones bien enfocadas, es por ello que también el éxito requiere de amor al trabajo. Pues el amor al trabajo combate al ego porque evita dejar de trabajar cuando ya se han logrado las metas, al mismo tiempo que nos motiva a seguir trabajando para lograr algo más grande.
Es responsabilidad de ti como líder trabajar duro, con inteligencia y dedicación… Es necesario que actúes, que hagas que las cosas ocurran, que hagas lo que debes hacer para alcanzar tus propósitos. No lo dejes en palabras ni en ideas, deja de sólo soñar y transforma tus ideas en acciones para cumplir tus propósitos. De nada sirve el deseo ni los grandes sueños sin acciones. Trata de hablar menos y de actuar más, así alcanzarás tus objetivos…
L.Mn.